Creencias
La Iglesia Presbiteriana Cristo Mi Salvador de Curicó pertenece a la Iglesia Presbiteriana en América-Chile (IPA-Chile). Como denominación nuestros símbolos de fe son la Confesión de Fe de Westminster y sus Catecismos Mayor y Menor. En la sección Recursos, puedes encontrar estos documentos.
Como un resumen de dichos documentos confesionales podemos destacar los siguientes puntos principales:
1. Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios, inspirada por el Espíritu Santo y que no presenta errores en los manuscritos originales (2 Ti. 3:16; 2 P. 1:20-21; Jn. 10:35). La Biblia es la revelación de la verdad de Dios y es infalible, además, es la norma final en todos los asuntos de fe y práctica (Gl. 1:8-9; Ef. 2:20).
2. Creemos en la Santísima Trinidad. Hay un Dios, que existe eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Dt. 6:4; Mt. 3:16-17; Mt. 28:19; 2 Co. 13:14).
3. Creemos que todos los seres humanos son pecadores y son totalmente incapaces de salvarse del juicio de Dios, excepto por un acto de la misericordia de Dios (Gn. 3:6-8; Ro. 3:23; Gl. 3:21; Ro. 8:3).
4. Creemos que la salvación le pertenece al Señor, ya que Él elige soberanamente a los que salvará. Creemos que su elección se basa en su gracia y no en algún mérito individual humano o fe prevista (Ro. 9:22-23; Ef. 2:8-9).
5. Creemos que Jesucristo es el Hijo eterno de Dios, quien, a través de Su vida perfecta, su muerte sacrificial y resurrección, expió los pecados de todos los que han confiado, confían y confiarán en Él para la salvación (Is. 42:1; 1 P. 1:19-20; Jn. 3:16).
6. Creemos que Dios es misericordioso y fiel con su pueblo no solo como individuos, sino también como familias en generaciones sucesivas de acuerdo con las promesas del pacto (Gn. 15:1-21; 17:1-2, 7-9; Gl. 3:9, 14; Col. 2:11-12; Hch. 2:38-39).
7. Creemos que el Espíritu Santo mora en el pueblo de Dios y les da la fuerza y la sabiduría para confiar en Cristo y seguirlo (Hch. 2:38; Ro. 8:9-11, 15-17; Gl. 5:18).
8. Creemos que Jesús regresará en gloria y poder, de manera corporal y visible, para juzgar a toda la humanidad y recibir a su pueblo para sí mismo (1 Tes. 4:13-18; Hch. 1:10-11; Ap. 1:7; Fil. 2:10-11).
9. Creemos que todos los aspectos de nuestras vidas deben ser vividos para la gloria de Dios, bajo el señorío de Jesucristo y en el poder del Espíritu (Ro. 11:36; 1 Co. 10:31).